Es duro de escribir y de leer, pero es imprescindible hacerlo para que seamos conscientes del peligro de las sillas AFM con escudo o arnés. Debemos conocer las tristes historias de niños que han sufrido lesiones y fallecido usándolas. Se me parte el alma cada vez que me pongo en la piel de padres que han perdido a sus pequeños creyendo llevarlos seguros en el coche y que han conocido la verdad después. Padres que desconocían el riesgo que supone para los niños los sistemas de retención a favor de la marcha que sujetan el torso pero no sus cabezas. Hablo de víctimas. Y lo son tanto los pequeños con lesiones irreversibles o que nos han dejado, como sus padres por el dolor de la pérdida y al mismo tiempo por haber sufrido una cruel desinformación. Porque esto se sabe, es pura física, y las estadísticas suecas no mienten. Es clamoroso que instituciones como la DGT o la fundación Mapfre y organizaciones privadas referentes del sector como el RACE recomienden que los niños viajen a contramarcha pero no informen del peligro que supone que lo hagan a favor de la marcha.
Tú y yo hemos tenido suerte y nos ha llegado la información antes de que nuestros hijos hayan sufrido un percance en el coche viajando a favor de la marcha. Ojalá nunca nos pase. Ojalá nunca les hubiera pasado a ellos. Pero si tiene que pasar, mejor que los niños vayan seguros.
Gabriel
Ya conoces el caso de Gabriel. En un accidente de tráfico la única herida externa que sufrió fue un arañazo en la barbilla, pero internamente sufrió una decapitación que lo dejó pentapléjico, y tras siete meses luchando dejó de respirar. Viajaba en una de las sillitas más caras, la primera en la clasificación del RACE, una de ésas con escudo protector, que inmovilizaron su cuerpo mientras su cabeza salía despedida por la inercia provocando una lesión irreparable en su cuello. Gabriel hubiera salido ileso de ese accidente si hubiera viajado en una sillita a contramarcha. Sus padres han iniciado una campaña para que todos conozcamos su historia y para que no haya más muertes como la de su hijo. Mis hijas viajan seguras gracias a ellos, y gracias a ellos estás leyendo este libro. Puedes visitar la página de Facebook Gabriel el vikingo y la leyenda de la Ola Verde[1].
Marco y Sara
En Galicia, Marco y Sara[2] también sufrieron las terribles consecuencias de viajar a favor de la marcha cuando su coche tuvo un accidente. Marco quedó tetrapléjico y Sara, que usaba la misma sillita que Gabriel, sufrió importantes daños internos. Sus padres están convencidos de que si hubieran viajado a contramarcha hubieran salido ilesos. Una desgracia que hayan sabido de la importancia de viajar a contramarcha demasiado tarde.
La doctora Elisa Dolado, rehabilitadora en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, especializada en lesión medular infantil, y que atiende a Marco, aclara a qué se deben sus terribles daños.
«Marco tiene una lesión medular cervical baja completa, debida a un traumatismo vertebro-medular severo. El mecanismo de lesión medular, muy previsiblemente, fue un ‘latigazo cervical’. Este tipo de traumatismos, si son de alta energía, lesionan potencialmente más a los niños que a los adultos porque sus vértebras son menos resistentes, sus músculos son menos fuertes y pueden contener menos los impactos. Como la lesión medular se produce, entre otras cosas, por daños de los vasos sanguíneos de la médula, cuanto mayor sea el recorrido del cuello en su movimiento de flexión y posterior hiperextensión, mayor será el daño medular. Así pues, ir en sentido contrario de la marcha, acorta ese recorrido y, potencialmente, protege»[3].
Ferrol
También en Galicia, en Ferrol, el 13 de febrero de 2013 fallecieron dos adultos y un menor en un choque frontal entre un Ibiza y un Audi. Los adultos fallecidos eran un matrimonio que viajaba en el Ibiza. El menor, de unos cinco años, viajaba en la parte trasera del Audi convenientemente sentado en una sillita bien anclada. Se puede apreciar en la foto de la noticia[4] que el habitáculo del Audi quedó intacto, y de hecho los dos ocupantes adultos salieron por su propio pie de las plazas delanteras. El niño iba bien anclado a su sillita y no salió despedido, pero su cuerpo no fue capaz de soportar las fuerzas que se aplicaron sobre él ante la deceleración brusca causada por el impacto. A contramarcha es el respaldo de la silla el que absorbe la fuerza del impacto, protegiendo la espalda y el cuello de los niños.
Baena
En Baena, un pueblo de Córdoba, el 2 de diciembre de 2014 falleció un niño de dos años y medio cuando en una de las calles de la localidad el coche que conducía su madre chocó contra un bordillo[5]. Una lesión en el cuello le causó la muerte. Este triste suceso evidencia que no hace falta una colisión con otro vehículo a gran velocidad en carretera para que haya víctimas mortales. Puede pasar circulando a baja velocidad por nuestro barrio. Sólo hace falta una deceleración brusca para que la cabeza del niño que viaja a favor de la marcha salga despedida mientras su torso es retenido por un arnés o un escudo, aplicando sobre el frágil cuello una fuerza que no puede resistir. Es pura física. Cualquiera puede tener un despiste y chocar con un bordillo o tener que frenar de forma brusca ante un peatón que cruza despistado, ante otro coche que se salta un semáforo o cualquier imprevisto que aparezca en la vía.
Saya
En 2009, en Alemania, a la mamá de Saya le patinó el coche y chocó con una valla. La pequeña de tan solo un año se dañó el cuello y quedó en silla de ruedas para siempre. Sus padres le habían comprado una silla con buen resultado en el Eurotest y en los informes del ADAC, el equivalente alemán del RACE y al que precisamente éste compra los resultados de los test. Puedes ver la historia de Saya en YouTube[6], en un video de un programa de la televisión alemana que analiza cómo en los países nórdicos llevan más de diez años sin que niños sufran lesiones graves en accidentes de tráfico llevándolos a contramarcha y allí en su país el ADAC sigue valorando negativamente las sillitas a contramarcha. Los padres siguen desinformados y en las tiendas especializadas en sillitas no recomiendan llevar a los niños a contramarcha. Como dicen en el programa alemán: incomprensible.
Rebeca y Sabine
También en Alemania, en 1995, la cadena de televisión RTL publicó un reportaje sobre el peligro de que los niños viajen a favor de la marcha[7]. Muestran los casos de Rebeca y Sabine.
Los padres de Rebeca estaban convencidos de que su hija viajaba segura, pues seguían todas las recomendaciones y se aseguraban de que su hija viajara bien sujeta a la sillita. Pero viajaba a favor de la marcha y en un accidente se rompió el cuello y su médula espinal quedó dañada. Rebeca no podrá andar nunca más y dependerá toda su vida de una silla de ruedas.
Sabine fue víctima de un accidente parecido. Estaba sentada a favor de la marcha cuando el coche en el que viajaba sufrió un impacto frontal. Su cabeza fue desplazada violentamente y su espina dorsal se rompió. Desde entonces tiene una discapacidad grave y respira por ventilación artificial.
Puede que estos casos de 1995 nos resulten muy lejanos, y puede que pensemos que las sillitas han evolucionado y los coches ahora son más seguros. Es cierto, los elementos de seguridad de los coches han avanzado mucho y las sillitas están mejor diseñadas y fabricadas con mejores materiales. Pero nada de esto evita que viajando a favor de la marcha, ante una deceleración brusca en la que el torso está sujeto, la cabeza salga despedida aplicando en el cuello de los niños una fuerza mayor que la que pueden soportar. Fuerza es igual a masa por aceleración. Es una ley física inmutable y ajena al paso del tiempo. No hay mejora en seguridad activa o pasiva de los coches que altere esta ley física, ni material o diseño de una sillita a favor de la marcha que pueda evitar que al cuello de un niño se le aplique la fuerza resultado de multiplicar la masa de su cabeza por la aceleración que ésta sufre cuando el coche se detiene bruscamente. Sólo hay dos formas de proteger el cuello de los niños en impactos frontales. Una es el hans de la F1 del que hablaré más adelante, aunque inviable en el día a día puesto que los niños deberían viajar con casco, y la segunda y única realmente viable, es llevándolos en un dispositivo concebido no para retener sino para proteger y cuyos resultados positivos desde hace más de cuarenta años son innegables, un dispositivo a contramarcha.
Isaiah
En abril de 2003 en Estados Unidos, Isaiah, un niño de dos años y medio, quedó tetrapléjico y dependiente de respiración artificial para toda su vida tras sufrir un accidente cuando circulaba en una silla a favor de la marcha con escudo por una calle de La Quinta, California. Su familia demandó al fabricante de la silla[8], que fue condenado y terminó descatalogando sus modelos de silla con escudo en Estados Unidos tras una serie de condenas similares, entre la que se encontraba la de Melanie Amstrong que perdió a su hijo Christopher en 2002[9].
Joel
También en Estados Unidos, en 2008, el pequeño Joel viajaba con su madre en una sillita a favor de la marcha cuando sufrieron un accidente que le provocó una fractura en el cuello.
Su abuelo publicó la historia de Joel en Youtube[10] para informar del peligro que supone para los niños viajar a favor de la marcha. A consecuencia de este accidente se inició un movimiento que consiguió que se cambiara la recomendación de viajar a contramarcha de los 12 meses o 20 libras (9 kilos) a los dos años o hasta que el niño supere por altura el respaldo de la sillita a contramarcha.
Por fortuna, la columna vertebral de Joel no fue dañada en el accidente y tras una larga e intensa terapia para recuperar la movilidad de sus brazos y piernas Joel pudo seguir adelante con su vida.
Cameron
De nuevo en Estados Unidos, en 2013, falleció el pequeño Cameron como consecuencia de un accidente de tráfico en el que salió despedido rompiendo el enganche del pecho de su silla a favor de la marcha. Es un triste caso similar al de Gabriel en el que el pequeño monillo Cameron, como le llamaba su madre, celebró su primer cumpleaños en el hospital y después de una dura lucha tomó sus alas. Su madre ha publicado su historia en Youtube[11], convencida de que Cameron estaría hoy vivo si hubiera viajado a contramarcha y bien anclado a su silla.
Angela
El 26 de febrero de 2016, en Nueva Gales del Sur, Australia, Angela Brown viajaba junto a su marido y dos hijas de uno y dos años cuando perdieron el control del coche y chocaron con un árbol a 100km/h[12]. La pequeña salió ilesa con sólo un moratón en el hombro, y la mayor se partió dos vértebras (c2 y c3) y los ligamentos de la cervical 1. Los médicos le han inmovilizado cabeza y cuello con un arnés y aún no saben si le quedarán secuelas. La mayor viajaba a favor de la marcha y la pequeña a contramarcha. En el mismo accidente las consecuencias de la orientación hablan por sí solas. No es que viajar a contramarcha sea más seguro, es que viajar a favor de la marcha es inseguro para niños de menos de cuatro años.
Suficientes ejemplos tristes. Por desgracia el número de niños fallecidos y lesionados cada año en accidentes de tráfico es superior a los casos que he enumerado aquí. Cierro este capítulo con dos accidentes que tuvieron un final feliz.
El caso de Eliza: un conductor no detectó la caravana que se estaba formando en la autovía y embistió por detrás el coche en el que viajaba la pequeña junto a su hermano de ocho años y su madre. Mientras ellos eran atendidos en el hospital, Eliza jugaba tras haber salido ilesa. Viajaba a contramarcha. Puedes ver fotos de cómo quedó su coche[13]. Es el mejor ejemplo de la efectividad de una sillita a contramarcha en la protección de los niños, en un accidente con impacto trasero a gran velocidad. Es pura física.
También puedes ver el testimonio de una familia[14] aquí en España que sufrió un impacto trasero en carretera cuando tuvieron que detener su coche porque una manada de jabalíes estaba cruzando la calzada. La niña viajaba a contramarcha y salió ilesa.
Todos estos ejemplos les ocurrieron a personas normales, como tú y como yo. Yo he viajado sin ningún sistema de retención infantil cuando era niño, ni siquiera el cinturón de seguridad. Mi padre me lo recuerda a veces cuando me ve montando a sus nietas en el coche. Hemos tenido mucha suerte que otros niños no tuvieron. Mi hija mayor ha viajado hasta casi los cuatro años con un sistema inseguro porque yo desconocía el peligro de las sillitas a favor de la marcha. También ha sido una cuestión de suerte. Nunca hemos tenido ningún accidente. Siempre pensamos que eso nunca nos pasará a nosotros. Ojalá que sea así. Pero si por desgracia nos pasara, mejor que nuestros hijos viajen de la única forma segura al menos hasta que tengan cuatro años. Yo tengo claro que mis hijas lo harán hasta que ya no puedan viajar a contramarcha por estatura o peso.
[1] https://www.facebook.com/Gabrielelvikingo/
[2] http://www.elespanol.com/reportajes/grandes-historias/20161028/166484276_0.html
[3] Declaración extraída de la noticia de El Español: http://www.elespanol.com/reportajes/grandes-historias/20161028/166484276_0.html
[4] http://www.lavozdegalicia.es/noticia/ferrol/2013/02/10/tres-muertos-colision-dos-coches-as-pontes/0003_2013021360510519500929.htm
[5] http://www.europapress.es/andalucia/noticia-fallece-nino-dos-anos-medio-accidente-trafico-baena-20141202151045.html
[6] https://www.youtube.com/watch?v=dTIYZNnVzFg (activa los subtítulos)
[7] https://www.youtube.com/watch?v=nYAkQMLaQPY&t=193s
[8] http://www.businesswire.com/news/home/20030428005562/en/Cosco-Grand-Explorer-Shield-Booster-Car-Seat
[9] http://www.laboratoriodemama.com/2016/02/23/casos-reales-sillas-seguridad-cojin-escudo-frontal/
[10] https://www.youtube.com/watch?v=Q8gU9zzCGA8
[11] https://www.youtube.com/watch?v=4fk_DooHYOU
[12] El testimonio de Angela: https://www.facebook.com/angela.brown.940641/posts/1007159746028636
Noticia a través de la que descubrí esta historia:
http://www.bebesymas.com/noticias/ambas-bebes-sufrieron-el-mismo-accidente-de-coche-la-que-iba-en-una-silla-a-contramarcha-salio-ilesa-la-otra-sufre-graves-danos
[13] http://www.bestconvertiblecarseathq.com/rear-facing-in-rear-end-collisions/