Además de la desinformación proveniente de las instituciones, en nuestro país también entran en juego una serie de mitos que contribuyen a que los padres no contemplen llevar a contramarcha a sus hijos más allá de los 12 meses o 9 kilos obligatorios.
El falso mito más importante es el de que en un impacto trasero por alcance viajando a contramarcha tendrá los mismos efectos perjudiciales para el cuello de los niños que en un impacto frontal viajando a favor de la marcha. Ya hemos visto en el apartado Impacto por alcance que esto no es cierto.
Otro mito que preocupa a los padres y los disuade de usar sillas a contramarcha es creer que en un impacto por alcance, las piernas de sus hijos se partirán. Recordemos que los impactos por alcance suelen producirse en ciudad a velocidades no muy altas, por lo que no es probable que esto pase. Y aunque lo fuera, sería preferible una lesión recuperable en las piernas que una irreversible en el cuello. El caso de la pequeña Eliza es la mejor prueba contra este mito. Sufrió un impacto por alcance a gran velocidad en autovía[1]. Ella era la única que viajaba a contramarcha y la única que salió ilesa, piernas incluidas. No hay ningún caso documentado en el que un niño se haya partido las piernas viajando a contramarcha.
El resto de mitos deberían ser fácilmente salvables para padres que ya han asimilado la información y superado estos dos mitos que afectan a la seguridad de sus hijos. ¿Se marea? ¿Se aburre? Las sillas a contramarcha son muy caras y no caben en coches pequeños. No podré ver a mi hijo cuando yo vaya conduciendo. ¿Irá cómodo? ¿Le cabrán las piernas? ¿Protestará?
Ni se mareará o aburrirá por ir a contramarcha más de lo que se mareará o aburrirá viajando a favor de la marcha. Lo que ve el niño a contramarcha es el respaldo del asiento trasero, similar a la parte trasera de los asientos delanteros que tienen cuando van a favor de la marcha. El resto de factores para el mareo o aburrimiento son idénticos independientemente del sentido de la marcha en que viaje. Si el niño necesita un juguete, un DVD o tablet para distraerse durante un viaje, esos mismos elementos le distrairán viajando a contramarcha. Además, la interacción con cualquier adulto que viaje a su lado será más fácil y evitará el riesgo de que el niño se incorpore y asome sobre los laterales de la silla para ver al adulto poniéndose en peligro. En todo caso, un niño que desde bebé viaje a contramarcha lo adoptará como algo normal. Hay niños que han pasado de viajar a favor de la marcha a hacerlo a contramarcha cuando sus padres han tenido acceso a la información completa, y no han tenido ningún problema con el cambio de sentido.
Es habitual que cuando comenzamos a informarnos sobre los modelos de sillas a contramarcha, los expertos nos recomienden los modelos con mejores prestaciones, acolchados y acabados, que son los de precio más elevado. Pero también hay sillas a contramarcha económicas, al igual que hay sillas a favor de la marcha de diferentes rangos de precio. Frente al mito de que estas sillas no caben en coches pequeños se alza la certeza de que existe una silla a contramarcha que se adapta a tu coche y a tu hijo. Acude a un establecimiento especializado para que te asesoren y prueben en tu coche diferentes modelos.
Para salvar el problema de ver al niño desde el asiento de conductor, se puede comprar un espejo que se coloca sobre los cabezales de los asientos traseros. Se encuentran en Internet y tiendas de puericultura y no tienen un coste elevado. En algunas de las tiendas que venden sillitas a contramarcha a veces los regalan con la propia silla.
El límite para usar sillas a contramarcha está en un peso de 25 kilos y en una altura que supere el respaldo de la silla, que varía según el modelo. Dentro de estos límites, les cabrán las piernas y los niños viajarán cómodos a contramarcha, pudiendo cruzar las piernas o apoyar los pies en el respaldo del asiento, que puede cubrirse con un protector para que no se manche. De hecho poder apoyar los pies puede resultar más cómodo que tenerlos colgando sin ningún punto de apoyo como les pasa a favor de la marcha. Piensa en lo cómodo que resulta a un adulto estar un rato sentado en un taburete sin poder apoyar las piernas. Existen galerías de fotos creadas[2] con el fin de derribar los mitos de la incomodidad de los niños viajando a contramarcha y la imposibilidad de instalarlas en cualquier coche.
Es posible que el niño proteste si ha viajado antes a favor de la marcha. En ese caso los padres debemos saber cómo manejar a nuestros hijos. ¿Les dejamos meter los dedos en un enchufe si protestan? ¿Les dejamos jugar con un mechero si protestan? ¿Les daremos la vuelta a favor de la marcha si protestan? La respuesta a esta última pregunta debería ser la misma que demos a las anteriores. Se trata de la seguridad de nuestros hijos.