Deseo que llegue el día en que este libro no sea necesario, el día en que las instituciones cumplan con su obligación y trabajen para concienciar a la sociedad del riesgo de las sillitas a favor de la marcha con el mismo ímpetu con el que conciencian sobre la importancia del uso del cinturón de seguridad o el peligro de conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Mientras llega ese día, la difusión por parte de ciudadanos particulares e iniciativas privadas es clave para que poco a poco más padres conozcan la verdad y puedan proteger a sus hijos.
Mi camino termina aquí. Mis hijas ya viajan seguras, transmito esta información a familiares y amigos siempre que tengo oportunidad y lego esta obra al movimiento a contramarcha con la esperanza de ayudarles a que llegue a muchas personas. Mi vida sigue adelante por otros derroteros.
Para ti no hay vuelta atrás. Has recibido una información imposible de ignorar. Tu conciencia te dirá qué hacer con este conocimiento. Espero que no lo hagas inútil.
Gracias por tu tiempo,
Javier.