Gracias a Cristina Barroso, a Fernando y Elena, padres de Gabriel, a todos los profesionales, padres, madres y personas de buen corazón que no os conformáis con llevar seguros a vuestros hijos sino que habéis dado vida e impulsáis el movimiento a contramarcha y las campañas informativas que difunden su mensaje para que esta valiosa información llegue a todo el mundo. Gracias a vosotros mis hijas e hijos de familiares y amigos viajan hoy seguros. Este libro es un meandro de vuestro gran río. Toma las aguas del curso principal y en serpenteante curva las lleva a nuevos terrenos con la esperanza de poder devolverlas al cauce arrastrando el sedimento de más personas conocedoras de la verdad.
Gracias a José Quero, fisioterapeuta colegiado en el Colegio Profesional de Andalucía. Me ayudaste a comprender la fragilidad de los niños, los límites de sus pequeños cuerpos, el riesgo que corren viajando a favor de la marcha y la necesidad de protegerlos.
Gracias a Daniel Berral, ingeniero industrial de Airbus. No sólo me demostraste la física y fuerzas que se aplican en los impactos de tráfico, sino que me ayudaste a hacerlas comprensibles para personas a las que una fórmula física nos causa pavor.
Gracias Fran, por tu apoyo técnico. Sin tu ayuda mis notas y reflexiones nunca hubieran podido tomar forma de web y libro digital para ser compartidas con otras personas a través de Internet.
Gracias a mi familia por estar siempre a mi lado. La angustia de imaginar vuestra pérdida me impulsa a colaborar en la difusión del movimiento a contramarcha para proteger la vida de más niños e impedir que otros padres pasen por un trauma evitable. Recuperaremos el tiempo que os he robado.